
Cover photo by どさんこみっちゃん
Las ruinas son lugares donde ya no hay personas, pero que conservan la 'memoria' de quienes estuvieron allí. En ellas reside un poder narrativo, no porque sean perfectas o hermosas, sino precisamente porque están deterioradas y abandonadas.
En este artículo exploraremos por qué tantas personas creativas se sienten atraídas por las ruinas, desde una perspectiva tanto sensorial como reflexiva.

Photo by kuu2028
La autenticidad de lo que se desmorona
Hay momentos en los que lo que está a punto de desmoronarse se siente más auténtico que un paisaje perfectamente ordenado. Papel tapiz desgarrado, ventanas rotas, escombros esparcidos por el suelo: no son solo signos de 'deterioro', sino señales visuales del paso del tiempo.

Photo by かんとりーまあむ藤井
Las ruinas son sujetos fotográficos que hacen visible lo invisible: el tiempo.
Presencias en la ausencia
En los espacios de las ruinas flota una sensación de que 'alguien estuvo aquí'. La disposición de los muebles, las palabras dejadas atrás, las cortinas descoloridas: fragmentos de historias permanecen por todas partes. Fotografiar esa presencia es una forma de tocar el pasado con delicadeza. Capturar estas imágenes es como dialogar con memorias silenciosas.

Photo by shinobrikko
Capturando la belleza y el miedo
En las ruinas coexisten una belleza cautivadora y un miedo inexplicable. Espacios demasiado silenciosos, ventanas iluminadas por la luz del sol, puertas que se mueven con el viento.

Photo by TEN
Cuando presionamos el obturador en ese límite, no estamos fotografiando simplemente un edificio, sino capturando 'oscilaciones emocionales' en el encuadre.