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Estamos entrando en una era en la que las cámaras de los smartphones pueden registrar 25 canales de color simultáneamente. Un equipo de investigación de la Universidad de Utah ha desarrollado una tecnología que permite capturar las “diferencias sutiles” en todo el espectro visible, algo que no era posible con los tres canales tradicionales de rojo, verde y azul.
Gracias a esto, las propiedades y estados de los materiales que antes pasaban desapercibidos para el ojo humano o las cámaras convencionales ahora pueden visualizarse en tiempo real como videos. Este avance representa una revolución tecnológica que redefine el significado de “observación” y “registro” a través de imágenes.
Superando los límites del ojo humano: “El ojo espectral”
El núcleo de esta nueva tecnología es un filtro de difracción especial con patrones a nanoescala. Al superponer este filtro en los sensores de cámara tradicionales, cada píxel puede registrar simultáneamente información espectral de la luz. Esta información se guarda como una imagen 2D comprimida y luego se reconstruye en 25 capas de datos mediante algoritmos.
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Esto permite identificar estados de la piel invisibles al ojo humano, el grado de madurez de frutas, la salud de las plantas, entre otros. Para los creadores, significa una expansión de su capacidad de “ver”.
¿Una revolución en equipos de grabación o una redefinición del entorno creativo?
Este sistema de cámaras desafía las normas tradicionales de las cámaras hiperespectrales en términos de peso, costo y velocidad de procesamiento. La capacidad de registrar en tiempo real imágenes de aproximadamente 1 megapíxel divididas en 25 colores, todo en un dispositivo del tamaño de un smartphone, es un avance notable.
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Actualmente, las aplicaciones iniciales se centran en la medicina, la agricultura y la astronomía. Sin embargo, también se vislumbran posibilidades en el desarrollo de estilos visuales en la producción audiovisual, la precisión en la gradación de color y la creación de nuevos formatos de medios de grabación.
Capturando lo que no se puede visualizar
En la producción audiovisual tradicional, el enfoque principal ha sido el mundo visible. Sin embargo, con esta tecnología, ahora es posible representar información oculta en las diferencias de color, como las variaciones de temperatura bajo la piel, el estrés en las plantas o los cambios de color durante la noche.
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Esto no es solo una innovación tecnológica, sino también una invitación a replantear qué debemos “capturar” y “mostrar”. Podría ser el comienzo de una era en la que las narrativas visuales integren perspectivas científicas, dando lugar a nuevas formas de expresión audiovisual.
